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jueves, 9 de febrero de 2012

Testimonio de la memoria Histórica


     

 Monolito de los 143  fusilados por el franquismo en el pueblo de Alburquerque con sus nombres y apellidos esculpidos en una lápida de mármol






Solo la verdad de la historia, libera a los pueblos de que repitan sus errores pasados en el  futuro.
Por Joaquín García Mayo

          Natural de Alburquerque (Badajoz) nacido en 1928 y  residente en Getafe desde 1977 y quisiera contar  la  verdad de la historia vivida por mí en dicho pueblo, ya que con el juicio contra el juez Garzón algunos ponen en duda el genocidio que  se cometió contra cientos de miles de españoles y españolas en la guerra del 36.

            En el año 2005, el pueblo de Alburquerque recuperó la verdad de su memoria y con ella, la dignidad de los  que perdieron la vida por unos ideales contrarios a los que se los quitarón.  En el acto de la inauguración de monolito donde reposan  las cenizas de sus restos, dice en nombre de los familiares de la victimás del franquismo que jamás se vuelva a distorsionar la historia  de lo que pasó  en éste pueblo  y en el resto de España en los años de la guerra del 36.

            Espero que nunca más  en esta localidad, donde nací en 1928 y donde pasé mi adolescencia, en los años más sangrientos del franquismo, nadie vuelva a poner  en duda  mi versión de los hechos en cuanto a la gran represión que sufrió ésta localidad durante los años de la guerra.


            Y menos, que el que dude de mi verdad sea algún descendiente de los que más tienen que callar sobre dicha historia, por que la verdad de la misma, es la que tenemos en el cementerio de Alburquerque con los restos de los 142 fusilados por parte de los sublevados. Contra ninguno, al menos en este pueblo, por parte  de las izquierdas republicanas.
 
            Desde hace seis años descansan en paz en un monolito con una  lápida que cubren los restos de sus cenizas  y donde además también se conserva  el recuerdo  de todos ellos, con  sus nombres y apellidos  para que sus familiares y amigos puedan llevarles flores y recordarlos después de tantos años de ausencia.

Espero que más pronto que tarde el resto de los represaliados   por el franquismo en nuestro país vuelvan a casa, para que su familiares y amigos puedan darle una digna sepultura en sus cementerios como los que están los de este pueblo y no enterrados en una cuneta, de cualquier carretera.

Hace más  de un mes cumplí 83 años y lo último que me quedaba que ver, desde que tengo uno de razón, era que los descendientes ideológicos de los que fusilaron a mis paisanos alburquerqueños y en la mayoria de los pueblos y ciudades de España, fueran los que se han querellado contra el juez Garzón.

Y no solo han sido los falangistas los responsables de todo lo que se hay armado con la querella contra Garzón, sino que la derecha más rancia y nostálgica del franquismo, se han lanzado en tromba apoyando dicha  querella. Es de suponer que será por si alguno de ellos pudiese tener alguna relación  causa-efecto con la dictadura franquista.

Me produce vergüenza  como español que el Tribunal Internacional de la Haya contrate al juéz Garzón para investigar los crimines de lesa humanidad de otros paises del mundo, y cuando Garzón  intenta investigar donde están los cientos de miles de fusilados por el franquismo, para exhumarlos, y que sus familiares puedan darle una digma sepultura, los descendientes ideológicos de los que llevaron a cabo dichas ejecuciones lo han demandado.

Nadie  puede entender que el Tribunal internacional de la Haya contrate al juez Garzón para investigar dichos delitos en otras partes de mundo y en nuestro país la justicia de las injusticias acepta las querellas de los falangistas y el sindicado ultra derechista, contra el juez que investiga los crimines de lesa humanidad  que cometieron en el  pasado franquista sus antepasados de partido.

Yo fui  testigo en la Villa de Alburquerque de las lágrimas de las esposas y familiares de muchos de los que fueron fusilados entre hombres y mujeres en éste pueblo, y recuerdo muy bien que los que venían en los camiones de las ejecuciones eran los falangistas de la camisa Azul,  antecesores ideológicos de los que ahora se han querellado  contra el juez Garzón.

Y no conforme con arrebatarles la vida a sus maridos, sino que las mujeres o hijas de las que sus padres o esposos estaban en la zona republicana, las pelaban al cero y las purgaban y las obligaban a barrer las calles del pueblo para humillarlas aun más.

En el 2005 el Alcalde de Alburquerque, al que felicito por ser  pionero en éste tema de la recuperación de los restos de las victimas    del franquismo, con permiso de la Junta de Extremadura y la colaboración  de la Facultad  de Medicina de Badajoz y bajo la dirección del paleopatólogo Diego Peral y un equipo de universitarios, inició  la exhumaciones  de los restos  de todos los que estaban  enterrados  en la mina de Valdihuelo, tanto de la localidad de San Vicente de Alcantara, Villar del Rey como en Alburquerque.

Unas exhumaciones, sin problemas de competencia con la justicia, ni tampoco con ninguna asociación nostalgica del pasado franquista y  que debería haber sido un ejemplo para todos los pueblos y ciudades  de España. Ahora las consecuencias que han originado los querellantes  contra el juez Garzón con dicha querella, no sabemos donde nos conducirá.

Por último y en nombre de todas las victimas del franquismo, pido que no se olvide  el capitulo más negro y sangriento  de la historia del siglo XX, y que  jamás se vuelva a distorsionar la verdad de dicha historia y que la decisión de recuperar los restos de las victimas del franquismo, no es para reabrir viejas heridas del pasado, sino un acto de dignidad humana que servirán para que las heridas que llevaban abiertas 75 años, cierren las  cicatrices, después de estar tantos años abiertas.




Pd. Este escrito, es obra de un amigo mío, que vivió siendo pequeño estos hechos.   Pakruber

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