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domingo, 24 de abril de 2016

EL "CAPITALISMO TOTALITARIO"





Cuando se habla de “capitalismo totalitario”, no se habla con propiedad. Una ideología política, es totalitaria, cuando se lleva a su extremo, desde la honradez de la consideración de que es la más idónea, como medio de vida. En este caso, esta acepción se utiliza como indicador de que se está infringiendo un daño a la sociedad, que va más allá de la simple ideología. Es decir, llamamos “capitalismo totalitario”, eufemísticamente, a lo que es simple y llanamente fascismo capitalista.
Eso, y no otra cosa, es lo que está sucediendo en Europa. Con la agravante de que los fascisto-capilatistas, se están sirviendo de un estamento –la EU-, para imponer “legalmente”, sus condiciones de humillación, vejación, engaño y empobrecimiento a una serie de países -aquí es donde deja de ser ideología-, a los que no dan la más mínima tregua, con el solo afán de empobrecer brutalmente a esto países y conseguir con ello que se conviertan en sus lacayos –de ahí lo de fascismo-, y tenerlos sometidos  a sus intereses particulares. Que lo de “Unión Europea” es una falacia, ya lo sabíamos; lo que no podíamos imaginar, es que el asunto llegaría a estos extremos. Esto, se puede comparar, perfectamente con lo que ha sucedido con la concesión de créditos personales, en condiciones de inseguridad total para cobrarlos. Es la misma estafa, solo que a nivel supranacional. Resulta que cuando se nos daban “fondos de cohesión”, lo que realmente se estaba haciendo, era preparar el terreno, para desahuciarnos con posterioridad, con alevosía y nocturnidad. Además, y esto es lo más flagrante, se han servido de los políticos de nuestros propios países para llevar a cabo la felonía. Aquí es donde no es entendible, que estos “mafiofinancieros”, hayan conseguido sus objetivos, de forma tan fácil. Bueno, no es entendible, si no pensáramos –yo si lo pienso-, que esos políticos, han traicionado a sus compatriotas, y han sido cómplices de esta sangrante situación.
A todo esto, se está machacando sistemáticamente, sirviéndose de los “medios” periodísticos culeros, –por verdadero pánico a su honradez- a algunos partidos emergentes, para que no lleguen al poder. La frase: El honrado solo molesta al sinvergüenza, sobra aquí todo su sentido.
Este orden de cosas, entraña un peligro cierto. De continuar por este camino, tarde o temprano, surgirá una reacción de aquellos que se ven acorralados y empiezan a pasar verdaderas necesidades. Como todas las cosas que se hacen con maldad, estas, también se acabarán pagando de una u otra forma. Es previsible, que, tarde el tiempo que tarde -yo espero que no sea mucho-, esa reacción lleve a cambiar el sentido de las cosas, dando un giro hacia la ética y la honradez, que son totalmente necesarias en este momento. No es posible que la obtusez mental de unos cuantos, sea la desgracia de muchos, sin que esos pocos lo paguen.
El capitalismo, como ideología, sin fanatismos ni latrocinios, no tiene porque ser una ideología dañina, siempre que cumpla la labor social que está intrínseca en la relación ganancia-desarrollo social, y que es absolutamente necesaria para que sea una relación duradera y fructífera para todos. El dinero, ha de estar al servicio del bien de todos. Si el capitalista y/o empresario tiene todo el derecho a ganarse la vida holgadamente con sus inversiones, el resto de la sociedad, debe exigirle que eso, sea el motor que cree una sociedad estable, sana y con un nivel vital en el que no falte lo más esencial. Nadie pondría impedimentos a ninguna empresa, que quisiera crear riqueza personal para quien la promueve, y estabilidad del nivel de vida de quienes aportan la mano de obra.
Lo que está sucediendo, se salta todas estas premisas y no puede durar eternamente, porque en su recorrido, destruye lo más elemental de su existencia; la estabilidad necesaria para producir. Como partícipes en todo esto, debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos, para que eso sea así, participando en cuantos llamamientos a la protesta pacífica se hagan por parte de las organizaciones que aglutinan las aspiraciones absolutamente lícitas de la población general.
Los derechos, comportan obligaciones y no se ganan sentados frente al televisor. Sí, ya sé que esto algunos lo verán como una frase un tanto inocente, pero espero que no se quede solo en eso y al menos un cierto número de los que lean esto, lo asimilen y lo lleven a cabo. De no ser así, la inmensa mayoría de la sociedad, acabará siendo esclava de su inacción y de la codicia de los que tiene la mente enferma y solo ven como fin primordial de su vida, amasar dinero, sin tener en cuenta que a la vez cada día, hay gente muriendo de hambre, por su culpa

martes, 21 de julio de 2015

PREPARANDO LA SIGUIENTE FASE DE LA ESTAFA DE LA DEUDA



Hemos visto lo que ha sucedido con Grecia. Veremos lo que sucederá a España y al resto de países “deudores” de la Unión europea´
Dice el sabio refrán que: “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar”
Una de dos, o hacemos eso, o nos enfrentamos a ello con la disposición de luchar para defender nuestra dignidad y nuestra libertad como país. No es posible tomar ningún otro camino, porque nos llevaría por derroteros de despiste y falta de visión real del problema.
Hay algo que es muy serio, que debemos analizar con pulcritud y que surge de la pregunta. ¿Está preparada España para enfrentarse a los mafiofinancieros que quieren terminar de arruinarla?. En mi opinión, desgraciadamente, no. Digo no, porque es tal el miedo y la falta de interés con que nos hemos tomado cualquier convocatoria de movilización –a pesar de la situación que estamos viviendo-, que esto, sirve de barómetro para medir el nivel de conciencia y espíritu de sacrificio, que es absolutamente necesario para coger el toro por los cuernos. ¡Si tuviéramos algo que los pueblos latinoamericanos tienen, a pesar del nivel cultural bajo que sufren!. Tienen preparación y concienciación política y muy claro, quién es su verdadero enemigo. Eso yo lo envidio sanamente. Desgraciadamente en España, esta falta totalmente.
Por supuesto que hay gente que estamos vigilantes y nos implicamos en la solución del problema, pero a más de uno os habrá pasado que os hayan tomado, a veces, por locos o fuera de toda razón. Seguramente os habrán dicho “siempre estas igual y hablando de los mismo”. Cuando tratas de explicar porque lo haces, o no te hacen ni caso, o en ocasiones, te llaman lunático. Yo seguiré erre que erre, porque estoy convencido de que es absolutamente necesario que abramos los ojos de una vez. No podemos, de ninguna manera, seguir permitiendo que sobre la libertad y la dignidad de los pueblos, se imponga el dinero. Debe ser al revés; el dinero debe estar al servicio de las personas. Fundamentalmente, porque no debiera ser otra cosa que una herramienta de uso exclusivamente social, para conseguir que la sociedad viva con desahogo. Alguien muy sabio dijo que “El dinero solo sirve para comprar felicidad”. Pues eso.
Para conseguir que esto sea así algún día, tenemos que poner cada uno un poquito diariamente de nuestra parte y nuestra dedicación a fomentar la cultura, el conocimiento y a aumentar el nivel cultural del pueblo llano para que tenga un criterio propio y sepa discernir cuando le están engañando. Un pueblo con un cierto nivel cultural, es muy difícil de engañar. De mi experiencia vital diré, que el mejor camino para ello, es el fomento de la lectura. Lo he experimentado en mí mismo

miércoles, 8 de abril de 2015

LA ESPAÑA AMARRADA A UNA RELIGIÓN






Desde hace siglos, España padece el poder de la iglesia. Ya en el siglo  dieciocho, en plena ilustración, cuando se intentaba anteponer a las religiones, las ciencias y el conocimiento, este poder hizo que perdiéramos la oportunidad de hacer de nuestro país un pueblo más culto y más reconocido internacionalmente. ¿Qué lo impidió?. Sencillamente el fanatismo religioso, como en tantas otra ocasiones.
Hemos padecido –y desgraciadamente seguimos padeciendo-, el retraso de le explosión del conocimiento y la inteligencia, por mor del poder que desde siempre, ha tenido la iglesia. Otro ejemplo; la famosa constitución de las cortes de Cádiz, se pudo aprobar gracias a que a pesar de ser la constitución de una república, dejaba intacto el poder de la curia.
Pero hay más; por culpa de las consideraciones religiosas, no se llevan a cabo ensayos e investigaciones que podrían curar enfermedades de origen genético, que están atormentando a muchas personas. ¿Qué derecho se arrogan para ir en contra de la razón pura de intentar curar enfermedades que nos aquejan? Lo curioso del asunto, es que encima se permiten llamarse defensores de la vida. La realidad es que solo son defensores de sus convicciones y encima pretenden imponérselas a los demás
Más; esta circunstancia de preponderancia de una religión ante los derechos civiles de todos, está consiguiendo que la educación se vea afectada de tal manera, que están imponiendo los rezos y las enseñanzas a los hijos de quienes no creen en nada, o creen en otras religiones, porque se imparte en colegios que están subvencionados por el dinero de los impuestos de todos. No es ético que esto suceda. Quien quiera enseñanza religiosa, que haga, por ejemplo, lo que hacen los judíos, que la imparten en las sinagogas.
Más; se entrometen en la vida privada de los demás, cuando desde el poder que mantienen en el gobierno, a través de algunas “órdenes religiosas” (Opus Dei, por ejemplo), presionan para que se prohíba o condicione el aborto. ¿Con que derecho pretenden que los demás veamos condicionada nuestra vida –en muchas ocasiones gravemente-, porque ellos tengan esas creencias religiosas? Todos sabemos que más de una de las mujeres e hijas de algunos de estos fanáticos, abortan
Más; Se ha demostrado y publicado en los medios de comunicación, como la iglesia se ha visto inmersa en asuntos sucios, en los que incluso ha intervenido la mafia, así como en los casos de pederastia que un día sí y otro también, salen a flote. También en asuntos financieros sucios –caso del banco Ambrisiano, por ejemplo-, en los que se demuestra que la iglesia, como institución, maneja grandes cantidades de dinero, -que invierte, incluso en fábricas de armas-, mientras las personas del tercer mundo se mueren de hambre.