Es proverbial, de un tiempo a esta parte, la actitud que mantienen algunos políticos de los que gobiernan la U. Europea. Está visto que han perdido el norte de una manera, que ya ni siquiera se entretiene en guardar las apariencias. Saben de sobra que no vamos a reaccionar ni ahora ni nunca mientras tengamos un trozo de pan que llevarnos a la boca. En tanto en cuanto, no seamos capaces de revelarnos en su contra y encontrar formas de boicotear sus decisiones, no vamos a levantar cabeza.
Se hace absolutamente necesario que la población se dé cuenta de que, o reacciona, o la dejan en la más estricta miseria. La avaracia no tiene medida, mientras no se le corte de raíz la razón de que siga actuando.
¿Cual es esta razón?. Simple; que acatamos cualquier ley, norma, u orden que nos llegue de los que nos gobiernan o nos mandan (jefes). Los "financieros" (léase chorizos ansiosos de dinero), no están dispuestos a parar, hasta que alguien no les pongan donde se merecen. Hay que empezar a pensar, en que las empresas cumplen un papel social, y por tanto, no puede dejarse hacer a los empresarios todo lo que quieren. También es necesario que se haga, sobre todo, con los banqueros, que han demostrado de sobra que son el cáncer de la sociedad actual, ya que están ahogándola con su afán de amontonar dinero sin facilitar el acceso a los créditos que tan necesarios son para que la sociedad se mantenga activa. Así mismo con los políticos, que están vendidos al poder del dinero, dejando de gobernar, que es en definitiva para lo que han sido elegidos.
En esto, también tienen un papel importantísimo que jugar los periodistas. Se hace necesario que se acabe con el "pesebrismo" que impera en algunos medios de comunicación, que está coartando la verdadera razón de ser de esta profesión tan influyente en la sociedad de la comunicación.
Otro poder que tampoco está actuando con toda la honradez que se le debe exigir, es el judicial. Desgraciadamente, hay jueces y abogados, que anteponen el bien personal al de la sociedad, que en definitiva es quien les paga. Desde sus púlpitos, pueden aplicar las leyes de forma que paren en cierta medida la sangría que está suponiendo los desahucios por culpa de la vivienda. De hecho, ya hay varias sentencias que ejemplarizan como debiera aplicarse la justicia. Tendrían que ser mas justos y menos meros aplicadores de la ley.
Ahora , más que nunca, tenemos que tener a mano el espíritu luchador que ha caracterizado a los trabajadores y las clases medias de nuestro país, para llegar a evitar que machaquen literalmente los avances que se han conseguido en muchos años de lucha y sufrimientos.
Sobre todo, ha de ser la juventud -que es quien se está jugando el futuro-, quien más se movilice sin reservas contra los mangantes que estamos padeciendo. Es el futuro suyo y el de sus hijos lo que está en juego. Nada más y nada menos.
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