En un país en el que se falta al respeto a
la ley por parte de los propios gobernantes, está claro que se ha hurtado el
poder al pueblo -se reformó la constitución a urtadillas y sin informar debidamente ni dar la posibilidad de aprobar o no esa modificación- y se necesita una regeneración que consiga que el poder, vuelva
a quien siempre debió sustentarlo. En el caso de España, desde hace muchos
años, se nos ha ido recortando este poder de forma sibilina y casi sin que nos
hayamos enterado.
No
solo se nos ha hurtado el poder, si no que a través de las leyes que se han ido
promulgando, se nos ha dejado indefensos ante las grandes empresas, los bancos
y los caciques de turno que a cada unos nos ha tocado sufrir.
Estamos indefensos ante las eléctricas, que
abusan de su monopolio –porque no es otra cosa-, cobrándonos la luz más cara
que en el resto de Europa y encima haciéndonos creer que les debemos dinero en
una deuda que sigue aumentando, con la connivencia de los gobernantes que no
defienden a los usuarios como es su deber. Antes bien, legislan sin ninguna
vergüenza para facilitar a estos apandadores, que se lleven un bocado
importante de nuestro sueldo.
Estamos indefensos ante las petroleras, que
haciendo de su capa un sayo y poniéndose de acuerdo para fijar los precios de
los carburantes, también nos los cobran más caros que en el resto de Europa.
Estamos indefensos ante el poder omnímodo de
los bancos que, con el beneplácito de
los gobernantes, han hecho pública su propia deuda, metiendo al país en una
dinámica de robo descarado del dinero de todos, para pagar una deuda, que es
de muy dudosa legalidad
Estamos indefensos ante la impunidad con
que están robando a la sociedad, los corruptos, engordando los costes de las
obras y los servicios.
Estamos indefensos ante los propios gobernantes,
que destruyen la sanidad y la educación, nos fijan salarios de miseria y
facilitan que se nos ponga de patitas en la calle En fin, estamos hartos de que
se nos ningunee por parte de los poderosos, sin que podamos hacer nada.
Todo esto, se está dando en un sistema de
gobierno en el que hay españoles de primera, de segunda, de tercera, etc,
teniendo a un rey que fue puesto por el dictador y que según parece pretenden
que se perpetúe en su trono, pasándoselo a sus herederos, sin que en ningún
momento, en el día a día, haya sacado la cara para defender los derechos de los
españoles, manteniéndose completamente callado ante los abusos de que hemos
sido objeto. Ha llegado al hora de que la sociedad española se regenere. La única
manera, es que nos dejen decidir qué sistema de gobierno queremos. En mi
opinión, el único que trata a todos por igual es la república. En ella tiene cabida
todas la ideologías y la diferencia fundamental, es que puedes elegir a quien
es el jefe del estado, igualando con ello a todos y sin que nadie lo sea “por
la gracia de dios”
Dado que perpetuar el actual sistema de
gobierno sería perpetuar todo lo que con él sufrimos, es necesario que se de un
giro de 180 grados y se lleve a cabo una regeneración de toda la sociedad,
consiguiendo que impere la ley y se respete al hombre desde el punto de vista
humano y legal, para que podamos evolucionar y conseguir una sociedad más
justa, más humana, más legal, más ética y, sobre todo, más respetuosa con la
ley.
Esto, a mi juicio, solo es posible si,
haciendo un ejercicio de verdadera democracia, se da libertad al pueblo para
que elija quien y como deben gobernarle. Creo que la monarquía ha prestado, en
la persona de D. Juan Carlos, un gran servicio al pueblo español, trayendo la
democracia y defendiéndola cuando ha sido necesario. Ahora bien, esto no puede
ser de ninguna manera un candado para cerrar la posibilidad a que sea el pueblo
el que refrende si quiere seguir en una monarquía o elige cambiar a una
república. Si no se lleva a cabo esta consulta, quedará claramente reflejado el
carácter dictatorial y prepotente en que se ha convertido el actual sistema de
gobierno en estos últimos años.
Es el momento en que la población debe
arrimar el hombro, participando en las movilizaciones que se convoquen por las
organizaciones defensoras de los derechos civiles, para conseguir que se nos
escuche y se atienda nuestra reivindicación. Ahora, más que nunca, se está
jugando el destino de nuestra nación la carta más importante de su futuro.
Llamo desde aquí a todo el que pueda y crea y esté de acuerdo en que lo escrito
aquí es totalmente cierto, a que participe de la solución y no se quede mirando
como otros lo hacen. Cada uno debemos ser dueños, en la parte que podamos, de lo que nos suceda de aquí en adelante.
Quedarse mirando al futuro, sin hacer nada por mejorarlo, es la mejor manera de
dar alas a los que hasta ahora nos han estado empobreciendo y quitando derechos
civiles fundamentales, sin los que nuestra vida, no será tan digna como la ha
sido hasta hace unos años
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