¿POLI Ó ADMIN?

¿POLITICOS O ADMINISTRADORES?

Estamos viendo como en todos los países de nuestro entorno, los políticos están llevando a cabo acciones, promulgando leyes y robando descaradamente a las clases medias y bajas, sin que el poder judicial, haga algo al respecto para defender a la mayoría de la sociedad que está siendo agredida. No solamente eso, si no que es altamente llamativo, que cuando surge un juez que toma decisiones en ese sentido, se le ataca descaradamente, bien sea desde la prensa, o, incluso, desde la propia judicatura. Hasta el punto de deshabilitarle con acusaciones falsas, como en el caso de Garzón, en el que ahora reconocen que un “posible fallo técnico” –hay que tener jeta-, pudiera demostrar que las escuchas que realizó este juez, no eran tan ilegales. En mi opinión, hay una mafia rampante en este poder del estado, que hay que depurar. No es posible que estemos permitiendo que en el mundo entero, nos estén considerando una república bananera, por culpa de cuatro degenerados, que se han olvidado de la ética profesional y están dejando el prestigio de su gremio, a la altura del betún.

Estas cosas suceden porque la política, lo enguarina y lo enloda todo

Es más que necesario, que de una vez por todas, que en las elecciones, se elijan administradores en lugar de políticos. Serian meros trabajadores contratados, al servicio de la comunidad; además, tendrían responsabilidad jurídica y penal en la administración de los bienes comunes. Es decir, que si a alguno se le ocurriera la mala idea de meter la mano en la caja, pagaría con cárcel cualquier ataque a la integridad del dinero de todos y no podría abandonarla hasta que apareciera lo robado.

El político, hace política; el administrador, simplemente administra. Por supuesto habría que arbitrar una democracia a la suiza, de manera que se propicie y se respete la participación de los ciudadanos, de forma activa y por obligación, en la toma de decisiones. ¿Un mundo perfecto? Posiblemente, pero totalmente factible de llevar a cabo. Es solo cuestión de compromiso de los actores de la sociedad, que en definitiva, somos todos.