Cuando se habla de “capitalismo totalitario”, no se habla con propiedad.
Una ideología política, es totalitaria, cuando se lleva a su extremo, desde la
honradez de la consideración de que es la más idónea, como medio de vida. En
este caso, esta acepción se utiliza como indicador de que se está infringiendo
un daño a la sociedad, que va más allá de la simple ideología. Es decir, llamamos
“capitalismo totalitario”, eufemísticamente, a lo que es simple y llanamente
fascismo capitalista.
Eso, y no otra cosa, es lo que está sucediendo en Europa. Con la
agravante de que los fascisto-capilatistas, se están sirviendo de un estamento –la
EU-, para imponer “legalmente”, sus condiciones de humillación, vejación, engaño
y empobrecimiento a una serie de países -aquí es donde deja de ser ideología-,
a los que no dan la más mínima tregua, con el solo afán de empobrecer brutalmente
a esto países y conseguir con ello que se conviertan en sus lacayos –de ahí lo
de fascismo-, y tenerlos sometidos a sus
intereses particulares. Que lo de “Unión Europea” es una falacia, ya lo sabíamos;
lo que no podíamos imaginar, es que el asunto llegaría a estos extremos. Esto,
se puede comparar, perfectamente con lo que ha sucedido con la concesión de
créditos personales, en condiciones de inseguridad total para cobrarlos. Es la
misma estafa, solo que a nivel supranacional. Resulta que cuando se nos daban “fondos
de cohesión”, lo que realmente se estaba haciendo, era preparar el terreno,
para desahuciarnos con posterioridad, con alevosía y nocturnidad. Además, y
esto es lo más flagrante, se han servido de los políticos de nuestros propios países
para llevar a cabo la felonía. Aquí es donde no es entendible, que estos “mafiofinancieros”,
hayan conseguido sus objetivos, de forma tan fácil. Bueno, no es entendible, si
no pensáramos –yo si lo pienso-, que esos políticos, han traicionado a sus
compatriotas, y han sido cómplices de esta sangrante situación.
A todo esto, se está machacando sistemáticamente, sirviéndose de los “medios”
periodísticos culeros, –por verdadero pánico a su honradez- a algunos partidos
emergentes, para que no lleguen al poder. La frase: El honrado solo molesta al
sinvergüenza, sobra aquí todo su sentido.
Este orden de cosas, entraña un peligro cierto. De continuar por este camino,
tarde o temprano, surgirá una reacción de aquellos que se ven acorralados y
empiezan a pasar verdaderas necesidades. Como todas las cosas que se hacen con
maldad, estas, también se acabarán pagando de una u otra forma. Es previsible,
que, tarde el tiempo que tarde -yo espero que no sea mucho-, esa reacción lleve
a cambiar el sentido de las cosas, dando un giro hacia la ética y la honradez,
que son totalmente necesarias en este momento. No es posible que la obtusez
mental de unos cuantos, sea la desgracia de muchos, sin que esos pocos lo
paguen.
El capitalismo, como ideología, sin fanatismos ni latrocinios, no tiene
porque ser una ideología dañina, siempre que cumpla la labor social que está
intrínseca en la relación ganancia-desarrollo social, y que es absolutamente
necesaria para que sea una relación duradera y fructífera para todos. El
dinero, ha de estar al servicio del bien de todos. Si el capitalista y/o
empresario tiene todo el derecho a ganarse la vida holgadamente con sus
inversiones, el resto de la sociedad, debe exigirle que eso, sea el motor que
cree una sociedad estable, sana y con un nivel vital en el que no falte lo más
esencial. Nadie pondría impedimentos a ninguna empresa, que quisiera crear
riqueza personal para quien la promueve, y estabilidad del nivel de vida de
quienes aportan la mano de obra.
Lo que está sucediendo, se salta todas estas premisas y no puede durar
eternamente, porque en su recorrido, destruye lo más elemental de su existencia;
la estabilidad necesaria para producir. Como partícipes en todo esto, debemos
hacer todo lo que esté en nuestras manos, para que eso sea así, participando en
cuantos llamamientos a la protesta pacífica se hagan por parte de las
organizaciones que aglutinan las aspiraciones absolutamente lícitas de la
población general.
Los derechos, comportan obligaciones y no se ganan sentados frente al
televisor. Sí, ya sé que esto algunos lo verán como una frase un tanto
inocente, pero espero que no se quede solo en eso y al menos un cierto número
de los que lean esto, lo asimilen y lo lleven a cabo. De no ser así, la inmensa
mayoría de la sociedad, acabará siendo esclava de su inacción y de la codicia
de los que tiene la mente enferma y solo ven como fin primordial de su vida,
amasar dinero, sin tener en cuenta que a la vez cada día, hay gente muriendo de
hambre, por su culpa